lunes, 16 de mayo de 2011

EL DIARIO DE CRAB DAHMER

7 de noviembre.

A hora ya avanzada de la noche, bajo el sopor de prolongado abatimiento de sus heridas, intento ceder desesperadamente los cordajes que le perforaban las muñecas. Encontrar un consuelo, bajo la furia de una torrencial lluvia, más intensa cada vez,  era imposible. No le molestaba la humedad de la ropa,  pues los cuerpos inertes de otras victimas, alrededor de él, despedían el único calor necesario, mortificándole solamente las partículas de sal adheridas a sus parpados: los entornaba a menudo durante largo rato."


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