lunes, 16 de mayo de 2011

EL DIARIO DE CRAB DAHMER


1 de diciembre.

“Recordó el pesado y radiante metal de una explosión. Luego se dejo caer vertiginosamente al vacío, en forma tal, que aquella fosforecencia parecía sumergirlo ahora en el centro de un remolino de hojas demoledoras y cortantes. Precipitándose hacia la tierra, sintiendo de pronto como sus miembros se desprendían de su cuerpo, arrancados por aquel fuego extraordinario.


            15 de diciembre.

“Horas mas tarde. Al despertar, se puso a contemplar la pureza del azul del cielo. Se incorporo a medias y un grupo   de golondrinas empezó a volar a lo largo de un peñasco, volando luego en forma de espiral, al sentir su presencia.. Se encontraba, tendido, al borde de un abismo, en una saliente rocosa. Uno de sus extremos tenía por lindero un grupo de rocas, extendidas a partir de un pequeño collado. En el otro extremo, los árboles se desvanecían precisamente en un punto en el que parecían flotar en el aire. Más allá,  se veía una hilera frondosa de árboles, interrumpidas por alguno que otro camino de herradura.

“_. No hay forma de llegar hasta allá:_ , musitó aturdido. No había manera de averiguar con exactitud de que se trataba todo aquello, cuanto le rodease, pero no le fue difícil darse cuenta que su rostro; antes, arrancado y ensangrentado, ahora irradiaba un albor  que quemaba y se extendía por todos sus miembros, mientras veía desaparecer, y dejar atrás, entre las rocas y árboles, envuelto en la niebla, su silueta silenciosa y sombría….


17 de diciembre

Luego le pareció percibir el rítmico traqueteo de una ametralladora; entornó los ojos y echo un vistazo cauteloso hacia el horizonte, hasta dar con un vertiginoso helicóptero proveniente del oeste.
Ruinoso avanzaba en dirección de él, hasta que, en un instante dado, viró de improviso y continuo volando a lo largo de la arboleda.”



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